Carta de ciudadanos de Cerdanyola – 20 de Junio de 2017

30 años del atentado de Hipercor

Ciutadans Cerdanyola —

Tras producirse el atentado de Hipercor se organizaron diversas manifestaciones de protesta, siendo la de Barcelona la más numerosa con diferencia de todas las realizadas. Todos los partidos políticos se unieron en una protesta sin precedentes, manifestando una unidad que con el paso de los años se ha visto mermada y casi olvidada, por la utilización partidista que ciertos sectores políticos hacen de algunas víctimas y de determinados atentados muy en particular.

Desde junio hasta diciembre de 1987 cada una de las familias de las víctimas asesinadas y los heridos junto a sus familiares vivieron su desolación, y su desidia en plena soledad. Ninguno, absolutamente ninguno de los miembros de la clase política que en aquellos luctuosos y desgraciados días o incluso del clero, -aunque a estos poco les han interesado las victimas del terrorismo, – dieron muestras de interés por conocer la situación que cada víctima estaba sufriendo. En esos meses solo algunas víctimas que se conocían por ser vecinas habían mantenido cierto contacto personal.

Aquella administración que tanto había prometido, dejaba al grupo de víctimas más graves totalmente abandonadas, en el sentido de que, a partir de ese momento, si las lesiones se agravaban, cada víctima debía procurar su mejoría por sus propios medios. Hay dos ejemplos que resumen lo que no debería ser el trato que las víctimas merecen, pero que continúa incluso a día de hoy. Aparte de los telegramas de condolencia y “ánimo” a los familiares de las víctimas mortales, nada más, el silencio y el abandono. Asimismo, ¿no merecían también un telegrama de ánimo los heridos y sus familias? Y lo más incongruente de la historia: pese a que los medios de comunicación ya habían informado de la detención de dos de los autores el día 5 de septiembre, la comunicación escrita de tal noticia nos llegó a las víctimas dos semanas después. Además, las víctimas de lo que se denominó “el peor atentado en la historia de ETA” teníamos que buscar las soluciones por nuestra cuenta, ante el absoluto abandono administrativo.

Este 19 de junio de 2017, al cumplirse treinta años de aquella barbarie, algo ha cambiado, las víctimas somos más visibles, hay instituciones y políticos que nos tienen presentes, aunque solo sea para recordar, pero al menos no sentimos la soledad que hemos sentido hasta hace bien poco. Por todo ello y como víctima, agradecer las muestras de solidaridad que se nos transmite.

Mientras alguien les recuerde siempre estarán en nuestros corazones.

José Vargas, presidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT).