CARTA A QUIENES SE MOLESTAN

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Presidir la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas es un honor. Poder ayudar y dar servicio a centenares de personas que, como yo, han sufrido el cruel azote del disparatado y macabro proceder de terroristas primero y quienes les justifican y apoyan después, me genera una inmensa satisfacción. No hay día en que deje de ocuparme en tan delicada como reconfortante dedicación, sin ninguna compensación por ello más allá del reconocimiento y agradecimiento.

En mis años como máximo representante del mayor colectivo de víctimas del terrorismo en Cataluña, he sufrido falta de comprensión, pero también he celebrado muchos éxitos en la labor que me ha sido encomendada y no en buscar la notoriedad que pretenden aquellos cuya única pretensión es la de figurar a toda costa, pues ese es su único objetivo y no alcanzan de otro modo. No han faltado los reconocimientos por el trabajo realizado, lo que me reconforta y estimula para seguir adelante. Para ello, sólo hace falta ponerse a gestionar la manera de dar cobertura a las necesidades de las víctimas como si fueran propias. Eso asegura el mejor servicio, y el éxito en la mayoría de las gestiones me reconforta.

Mi mujer considera que necesito un día con veinticuatro horas más porque así podre dedicarle unas pocas a mi familia. Nada me impide estar siempre al lado de quienes han necesitado que la ACVOT les apoyara, ni el carnicero de Mondragón ni el del Valle de Hebrón.

Acabamos de conmemorar el aniversario del acto terrorista contra el centro comercial Hipercor en Barcelona y todavía está fresco en mi memoria el éxito de la convocatoria. Estoy satisfecho por el apoyo popular por encima de todo, el de políticos e Instituciones y del seguimiento mediático. No es necesario ofender para representar a las víctimas, pero sí una medida dosis de tolerancia hacia quienes no comprenden su importancia y anhelan protagonizar cualquier situación para poder tener protagonismo.

Hace años que en la ACVOT nos libramos de quienes estaban al frente por su ansia de notoriedad y ahora estamos mucho más tranquilos, trabajamos cada día y cuadramos las cuentas. Por eso, cuando determinados iletrados nos critican, sabemos que vamos por el buen camino y a los éxitos en reconocimientos a otras víctimas nos remitimos.

Solo pretendo, como cada año, agradecer la asistencia a todos aquellos ciudadanos que nos acompañaron en los actos conmemorativos -como siempre sea cual sea su motivación y condición- e ignorar a quienes siguen sin comprendernos porque su guerra no es contra el terrorismo y quienes lo justifican, sino contra quienes conseguimos, año a año, llenar de Instituciones y ciudadanía el austero pero estimado acto en recuerdo de todas las víctimas del terrorismo.

Y a quien le moleste: “agua” a poder ser con jabón.

José Vargas

Presidente de ACVOT